Introduccion a las Amputaciones en el Pie Diabético

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La Diabetes Mellitus (DM) es un problema de salud pública a nivel mundial. Su prevalencia está en aumento en todo el mundo. Según el Consenso sobre pie diabético de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, éste se define como una alteración clínica de base etiopatogénica neuropática e inducida por la hiperglucemia mantenida, en la que con o sin coexistencia de isquemia y, previo desencadenante traumático, produce lesión y/o ulceración del pie 

En este sentido, se ha demostrado que la DM, especialmente la tipo 2, incrementa el riesgo de amputación del miembro inferior y se estima que los pacientes diabéticos tienen una probabilidad entre 10 y 24 superior a la de los no diabéticos de sufrir este
procedimiento. Asimismo, en los Estados Unidos, la DM es responsable del 45-60% de todas las amputaciones del miembro inferior no traumáticas, ocurriendo la mitad en pacientes con una edad media de 65 años.

Los factores de riesgo asociados a la amputación son: ser varón (relación hombre/ mujer de 9/1), tener una edad mayor de 60 años, ciertos grupos étnicos, pobre control glucémico, diabetes mellitus de larga evolución y haber recibido escasa información por parte del personal sanitario. Por otro lado, son indicaciones para la amputación todas aquellas circunstancias que afecten la vitalidad, estructura o función de una extremidad, que la conviertan en no funcional, o que de manera indirecta deterioren el estado general del paciente y pongan en riesgo su vida

En el pie diabético, la magnitud y severidad de una infección, así como la vascularización arterial de la extremidad afectada, determinan el papel de la cirugía.El tratamiento, en estos casos, se divide en dos grupos: conservador y radical.

Se denomina tratamiento conservador a los procedimientos de cirugía menor, que incluyen: exéresis ungueales, drenajes de abscesos y limpiezas quirúrgicas.

La terapéutica radical implica la amputación de un miembro, que dependerá de la extensión de la necrosis, inflamación o infección, además de la valoración del estado vascular de los
miembros inferiores del paciente. Éstos pueden sufrir amputaciones consecutivas en la misma extremidad o en la contralateral, con un pobre pronóstico a largo plazo, una tasa de letalidad a los 3 años entre 35% y 50% y una tasa acumulativa de reamputación entre el 30% y 60% tras 1-3 años.

Existen dos tipos básicos de amputación: la amputación menor, que corresponde a las que se realizan por debajo del tobillo y están limitadas al pie; y la amputación mayor, que corresponde a las realizadas por encima de éste.